viernes, 20 de noviembre de 2009

Los derechos del Niño

El 50 aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño, son unas bodas de oro tristes en las que millones de niños son víctimas de la prostitución, de la guerra o del trabajo infantil. Aún es más lamentable ser víctima del hambre; por eso, surge un poema roto, triste, aterido de frío en la dejadez del mundo...
Un poema a la vida quisiera hacerle,
un verso a los versos, rima a la rima,
pero cuando la vida desentona, no hay poesía.
Desentona la vida cuando un niño muere de hambre
y sus ojos nos miran sin ver a nadie;
no hay, siquiera, pan y cebolla
como en su nana diría Miguel Hernández.
Llora la poesía, de inanición se muere,
no tiene palabras que llevarse a la boca.


Isidoro Ballesteros Ruiz.